martes, 9 de noviembre de 2010
I feel like crying.
Like letting everything I have inside follow its course in a river, flow away from me.
May whoever brought this upon me take it back, I don’t want it.
There’s a grudge that tightens by the minute, one that blocks my veins and avoids the blood to run through my body. It feels like there are scribbles all over me and in my interior, codes that I have to decipher, an infinite maze with no finish line, a puzzle with missing pieces.
Show me the way out of this, I declare myself humble and insufficient to withstand this that I’m going through so I plead for your help.
May you find me along your way and may you take some of your time to observe my wounds like a specialized doctor, although we both know you’re not, but let’s pretend just for a second because it does me good.
I’ve already tasted reality, and its bitter, bitter, ingredients. Oh, how I would love to savor sugar, glitter, magic, aureoles, the Milky Way Galaxy, all the constellations, like cascades descending through my mouth.
Show me somewhere else, another dimension because my auto-diagnostic is that I’m sick of seeing what’s around me. Let’s walk through the walls because we have no limits, no boundaries.
I feel like crying because I’m not free. Please tell me you have the keys to this cage.
lunes, 18 de octubre de 2010
this fire is out of control.
Why is it? Why is it that I’m always so desperately searching? What am I searching for anyway? I look right at your eyes, inpatient for an answer, because I believe it’s you, something in me points right towards your direction but your eyes look so void; they repel me. They call out: “there is nothing here you’ll want” but I know there is, I know there is something you have to offer that I necessitate. I wish I could call you out on it, just stand in front of you and say: “be honest to yourself for a second and let me in” but I can’t. There are more than a hundred layers of brick walls between us and screaming does no good. Soon enough I will find a way of getting this message across, maybe in a bottle like a couple of centuries ago or just a paper airplane.
We can work our conditions out; make an agreement, a cost-benefit relationship. I need you, and I’m currently knocking at your door but if there is no answer, there is only so much I can wait. I can see from the tip of my eye that you’re glancing from the edge of the window, debating whether to allow me to come in or not. I believe you’re scared she might hear us, don’t be afraid because she is in the kitchen, making dinner and putting the table for two. I’m here, now, right at this moment and fuel is burning inside me and a fire is rapidly spreading across my whole body. Just say something.
We can work our conditions out; make an agreement, a cost-benefit relationship. I need you, and I’m currently knocking at your door but if there is no answer, there is only so much I can wait. I can see from the tip of my eye that you’re glancing from the edge of the window, debating whether to allow me to come in or not. I believe you’re scared she might hear us, don’t be afraid because she is in the kitchen, making dinner and putting the table for two. I’m here, now, right at this moment and fuel is burning inside me and a fire is rapidly spreading across my whole body. Just say something.
domingo, 17 de octubre de 2010
.....sshhhhh.....
The larvae that turn into frogs, the frogs that turn into princes, the caterpillars that turn into butterflies, the babies that turn into old, crippled, human beings, all the species are in constant movement and change; there’s no security whatsoever in what you have or what you are now.
Some days I just desire a break: hours where the clock needle stops turning right, hours in which all of these parallel universes cease to exist. I don’t want to be conscious of time, or my loss of it. I don’t want to have to meet expectations all the time and having to read theories and philosophies on life as to apply them to my own and then when I’m older look back and say: “I did well”. It’s a constant weight that we carry in our shoulders, that of life. I’m not taking its merit of it being beautiful, I’ll give that to her (she’s definitely a girl, with all of her mood swings, ups and downs) but what we all have to admit, is that she’s tiresome.
Us human beings should be given a paralyzed world once a month, for an x amount of time, we should be brainwashed so that we are free of preoccupation and despair. Just do what we please without consequences, be given what we want without asking anything back, being able to stand on our own and not depend on others but wanting others to be part of our happiness, having to go nowhere but at the same time being everywhere, a span of time where pleasure and balance make love. And we shall remember that, and that break should be our force to go on, our periodic oasis.
domingo, 26 de septiembre de 2010
escóndete. destápate.
Entonces están aquellos que esconden sus secretos de por vida, aquellos que les duele sincerarse y crean subterfugios para tapar sus confesiones.
El amor es claro, es evidente y cuando intentamos ocultarlo, se rebela y sale hasta por los poros de nuestra piel, no importa que; y así, enterándose aquellos de quienes temiamos una opinión contraria a nuestros sentimientos.
Mi intuición me dice que debo decirle, que no hay mejor manera de vivir que transparentándose uno mismo y viviendo como santos en túnicas blancas, libres de culpa.
Fuimos infieles, mentimos, fornicamos y que se hace ahora luego que el daño está hecho, la única respuesta que se me ocurre es tirar las cartas sobre la mesa, listos para perder porque sabemos que la mano de los demás es mejor, al menos esta vez.
Y luego vivir a partir de ahí, cambiar como personas para el mundo y caminar a partir de nuestra última huella y no borrarla como si nunca hubiesemos pisado allí.
Sonríeme.
La belleza de la sonrisa de quienes acompañan y forman parte de nuestro día ilumina la vida y reinvindican todas las peripecias, las bajas del juego de la afanada diversión.
Cuando una niña pequeña en la iglesia se da la vuelta y sonríe en tu dirección sin malicia alguna, cuando la señora mayor de edad que se sienta a tu lado en el autobús te sonríe buscando la calidez de la juventud, cuando el mayordomo más que por obligación, por el simple gusto de servir, te sonríe, en esos momentos el mundo deja de ser frío, se convierte en un lugar habitable y feliz. Quizás no con ponys, arcoiris, y unicornios como en los cuentos de hadas pero sí con los rayos de luz que destellan sobre los colores radiantes de una naturaleza viva, que aunque en decadencia, no se da por vencida porque es de esas sonrisas que se alimenta.
lunes, 16 de agosto de 2010
jueves, 8 de julio de 2010
Adiós;
Hay veces que no tiene explicación alguna, que lo que antes era, simplemente ya no es. Las personas se distancian a raíz de cambios que se producen en el interior. La metamorfosis natural de las almas que buscan una plenitud que sólo encuentran en una atmósfera que se encaje y se adecúe más a su silueta. Somos seres maleables que quedamos vulnerables ante las interrogantes de la vida cuando no encontramos las respuestas autóctonamente y tampoco la hallamos en otro. Una real inquietud despierta un frenesí y un perseguir constante. Es difícil de entender y asaz bizarro cuando las cosas abstractas nos piden complacencia. El amor, la paz, la paciencia e incluso lo prosaico y humano como la lujuria que permanece tabú entre nosotros, se hastían y desean movilidad, esa transportación de una locación a otra, de una persona a otra. Y es por esto que somos tan inconformes, porque encontramos y durante breves segundos disfrutamos de su esencia pero no, no es suficiente; necesitamos un surtido, una variedad y opciones que satisfagan nuestra sed eterna por tener y por obtener.
Los lazos que perduran no son aquellos creados por la humanidad ya que somos destructores y mezquinos. Los lazos eternos son espirituales, emergen cuando tu espíritu y el mío se descifran y se complementan. No somos capaces de ser genuinos a un cien por ciento y por ende, engañamos, incrustando nuestras espadas en la fragilidad de otros. Disfrutamos los momentos afables pero no somos los suficientemente hábiles como para mantener un récord intacto de anécdotas positivas debido a nuestra naturaleza hiriente. Vivimos en un mundo de depredadores y presas, sacamos nuestras garras y alegamos defensa personal.
Perdóname si me he dirigido hacia ti con palabras profanas o si me he jactado de mi condición humana para ser imperfecta y cometer errores que te afectan tanto a ti como a los que están a mi alrededor. Y así es como decimos adiós, como lentamente nos emancipamos, ya que nos hemos desgastado uno al otro hasta llegar a un desbalance descomunal e insoportable. Y es así también como la inercia que te mantenía junto a mí se rompe y allá voy buscando otra persona para partir de la ecuanimidad hasta que como la última vez, nos desgastemos mutuamente.
Durante el tiempo que compartimos hacemos planes y nos prometemos cosas que luego juramos; hablamos de un siempre que luego se vuelve irreal y que desde lejos nos befamos de él. En nuestra sepultura, cuando esté la lápida sobre nuestro cadáver, estaremos probablemente hasta en diferentes continentes, distanciados totalmente por el lugar y el tiempo. Pero quiero decirte que tú me habrías llevado hasta ahí; que tú has impactado mi vida y produjiste un cambio en mí que al fin y al cabo, me llevó hacia otro lugar, otra persona y consecuentemente, me ha traído aquí como las olas del mar a pesar del naufragio. Es un proceso continuo de la vida, el de vincularnos y desvincularnos de cosas minúsculas o cosas mayores e importantes. Nunca creas que me has alejado, simplemente hemos cambiado.
Tú para mí fuiste importante y te doy las gracias.
P.D.: Quizás ahora te resulte esotérico y un tanto abstruso lo que te digo pero luego lo entenderás.
Los lazos que perduran no son aquellos creados por la humanidad ya que somos destructores y mezquinos. Los lazos eternos son espirituales, emergen cuando tu espíritu y el mío se descifran y se complementan. No somos capaces de ser genuinos a un cien por ciento y por ende, engañamos, incrustando nuestras espadas en la fragilidad de otros. Disfrutamos los momentos afables pero no somos los suficientemente hábiles como para mantener un récord intacto de anécdotas positivas debido a nuestra naturaleza hiriente. Vivimos en un mundo de depredadores y presas, sacamos nuestras garras y alegamos defensa personal.
Perdóname si me he dirigido hacia ti con palabras profanas o si me he jactado de mi condición humana para ser imperfecta y cometer errores que te afectan tanto a ti como a los que están a mi alrededor. Y así es como decimos adiós, como lentamente nos emancipamos, ya que nos hemos desgastado uno al otro hasta llegar a un desbalance descomunal e insoportable. Y es así también como la inercia que te mantenía junto a mí se rompe y allá voy buscando otra persona para partir de la ecuanimidad hasta que como la última vez, nos desgastemos mutuamente.
Durante el tiempo que compartimos hacemos planes y nos prometemos cosas que luego juramos; hablamos de un siempre que luego se vuelve irreal y que desde lejos nos befamos de él. En nuestra sepultura, cuando esté la lápida sobre nuestro cadáver, estaremos probablemente hasta en diferentes continentes, distanciados totalmente por el lugar y el tiempo. Pero quiero decirte que tú me habrías llevado hasta ahí; que tú has impactado mi vida y produjiste un cambio en mí que al fin y al cabo, me llevó hacia otro lugar, otra persona y consecuentemente, me ha traído aquí como las olas del mar a pesar del naufragio. Es un proceso continuo de la vida, el de vincularnos y desvincularnos de cosas minúsculas o cosas mayores e importantes. Nunca creas que me has alejado, simplemente hemos cambiado.
Tú para mí fuiste importante y te doy las gracias.
P.D.: Quizás ahora te resulte esotérico y un tanto abstruso lo que te digo pero luego lo entenderás.
miércoles, 30 de junio de 2010
Tenemos a un ganador; tenemos a un soñador.
Un día, un señor ya mayor de edad, decidió mientras tomaba su café matutino que iba a escalar la Torre Eiffel. Sí, así como lo oyen, la estructura de hierro de más de trescientos pies iba a sostener al anciano que en ese momento buscaba con ansias dar un giro a su vida. Desistía de la idea de tomar las escaleras o los elevadores; quería probar la fuerza remanente de sus huesos, de sus manos, de sus pies que anteriormente le habían servido de mucho. “Si no aguanto, pues me muero, no tengo nada que perder”, pensó el personaje de nuestra historia. “‘La vida’ dirían muchos, pero de eso me queda poco, lo que iba a pasar ya pasó, sólo permanece mi existencia y esta silla de madera vieja”, agregó al cabo de algunos segundos.
Nuestro King Kong (en espíritu solamente porque el físico no tiene semejanza alguna) parisino se dirigió al baño donde abre el botiquín de sus medicamentos, toma agua de la pluma, y una por una va tragando la vitamina E, la vitamina C, la vitamina B5, la píldora energética, el jarabe para la garganta, la pastilla de la presión, y dos otras que el doctor le recetó y de las cuales no conoce uso. Sintió que necesitaba una empujadita extra, sólo si acaso en el camino se retractaba; salió de la casa y caminó hacia la bodega de la esquina. Monsieur Levon sonrió y saludo con cortesía al tan respetado zapatero del pueblo. Sorpresa aquella que se llevó cuando nuestro camarada le dice que quiere un Red Bull. Monsieur Levon trató de convencerlo para que no consumiera una bebida tan dañina por toda la taurina que contiene, pero el viejito cascarrabias le respondió en tono elevado: “Pero tú la vendes, trátame como a un cliente normal que estoy muy grande como para niñeras”. Luego de unas que otras palabras, recibe la lata de Red Bull y sin pensarlo dos veces ya los gases se revoloteaban en su estómago.
De vuelta en casa, merodeaba y pensaba en otras cosas que necesitaría y de repente se acordó de las desgastadas botas de combate que utilizaba en la milicia cuando joven. En el clóset, en algún lado debían de estar; buscó y buscó hasta que los nervios de su espalda empezaron a molestarle. Su espina dorsal necesitaba desde hace años un ajuste terapéutico pero el señor se negaba rotundamente a ponerse en manos de un completo extraño. Se quejó por algunos minutos, fastidiado por no encontrar sus “chaussures”, hasta que dio con ellos detrás de una caja que ahora estaba toda mohosa donde él, en algún momento de su vida, guardó las cartas y obsequios memorables de personas allegadas. Metió la mano en ella por pura curiosidad y sacó su diario de cuarto de primaria en L’ école aux Rivière. Empezó a leer un extracto que estaba fechado en Junio 5 de 1936 (tiempo para el cual el tirano de Hitler todavía no había puesto sus devoradoras garras sobre Francia) y se reía sin cesar, lágrimas involuntarias corrían por su cara, luego carcajadas, luego la falta de respiración y todo porque ese día había confesado su eterno amor por su profesora de literatura, Madame Menars, y comparaba su voluptuoso cuerpo con “la más magnífica obra de El Greco durante el renacimiento veneciano”. Luego de recuperarse de ese tan inusual episodio, miró la hora en el reloj de pared que le decía que era tiempo para llevar a cabo su plan maestro.
Emprendió su aventura con todo lo necesario a mano: cuerda, un arnés, guantes, y lo demás te lo dejo a la imaginación. Tenía un sudor incesante, no se sabe si por los nervios o era solamente la edad, pero pudo fácilmente haber creado un charquito para al menos tres patitos. Resignarse a lo que le había tomado mucho coraje de su parte le resultaba insólito, no, no era una opción. Mientras que la dubitación tomaba la mitad de su pensamiento, la otra mitad se concentraba en todo lo que nunca se había atrevido a hacer. Nunca tuvo una idea descabellada, se pasó la vida pasándola, seguía los parámetros sociales debidos, era un buen muchacho que en la adolescencia repartía periódicos y luego le pareció que lo más correcto era ser un militar ¿No era aquello lo que hacían todos en ese tiempo? Estaba ya harto de la razón, así que paró de maquinar y procesar todo y querer controlar lo incontrolable. Lo que en la mañana era descabellado, en estos momentos le resultaba totalmente natural y orgánico.
Llegó al centro del país, bajo el cielo iluminado en lo que parecía un color turquesa y vio el símbolo del amor universal, esa torre que se paraba como una gigante frente a nuestro héroe. Caviló que debía felicitar, aunque sea en la tumba al Monsieur Gustave, a aquel que ideó algo tan hermoso, y tan a tono con el ecosistema que formaba el paisaje. Se sujetó al costado de la estructura que resultaba ser más fría de lo que tenía previsto cuando sintió que alguien tocaba su hombro. Al darse vuelta se encaró a nada más y nada menos que un guardia municipal que lo inspeccionaba minuciosamente con su mirada, buscando cualquier signo de anomalía en lo que parecía ser un señor normal de la tercera edad. El sueño de nuestro héroe se vio frustrado cuando el guardia le pidió que lo acompañara a un cuarto para revisar su macuto. Al humilde zapatero no le quedó de otra que obedecer las órdenes de su compatriota que sólo velaba por la seguridad nacional; y esto le produjo simpatía hacia el sujeto que al fin y al cabo, al igual que él, por mas insubordinado que fue por un par de horas, se tenía que someter al sistema. De ésta historia no me preguntes más porque no sé que fue de él, pero mitos y leyendas dicen que volvió a casa una persona discrepante a lo que una vez fue. A este personaje supuestamente lo invadió la altanería porque “se atrevió”.
domingo, 4 de abril de 2010
better together - jack johnson
There's no combination of words
I could put on the back of a postcard
No song that I could sing
But I can try for your heart,
our dreams, and they are made out of real things
like a shoebox of photographs
with sepia-toned loving
Love is the answer
at least for most of the questions in my heart, like
Why are we here? And where do we go?
And how come it's so hard?
It's not always easy and
sometimes life can be deceiving
I'll tell you one thing, it's always better when we're together
Mmmm, It's always better when we're together
Yeah we'll look at the stars and we're together
Well, it's always better when we're together
Yeah it's always better when we're together
And all of these moments
just might find their way into my dreams tonight,
But I know that they’ll be gone
when the morning light sings
and brings new things
for tomorrow night you see
that they’ll be gone too,
too many things I have to do
But if all of these dreams might find their way
into my day to day scene
I'd be under the impression
i was somewhere in between
With only two,
Just me and you,
Not so many things we got to do
or places we got to be
We'll sit beneath the mango tree, now,
Yeah It's always better when we're together
Mmmm, we're somewhere in between together
Well, it's always better when we're together
Yeah, it's always better when we're together
[MmmMmmmmMmm, Mmm MMmmM]
I believe in memories
they look so, so pretty when I sleep
Hey now, and when I wake up,
you look so pretty sleeping next to me
But there is not enough time,
There is no, no song I could sing
and there is no combination of words I could say
but I will still tell you one thing
We're Better together
magical lyrics (: (:
martes, 16 de febrero de 2010
I wrote it on Valentine's Day.
The phone is not going to ring, there is no call coming in for you.
Accept it, it may be Valentine’s Day but you’re not special enough for the person you thought you “connect” with or have“chemistry” with even bother to take his or her time and dial your number. We create these illusions in our minds, it’s a fictional state of the human being where for a second we believe everything is perfect and we create a Utopia because that’s what we see on TV, or we hear on the radio, couples kissing and children running in the park while their parents are playing Frisbee with the golden retriever. And we lie to ourselves a little more, and they continue to do it everyday, every morning before going to school or work and we tell ourselves repeatedly: “This year is going to be different; I’m going to find someone that loves me not like that last jerk who didn’t call me back”. Hey, I don’t blame you; it’s human nature and instinctive in us to set high standards on what are supposed to be beautiful dates, especially this one. We have to admit that in a world with billions of people not everyone can be happy and you might just be in the bunch of the “loners”, pilled up together in their little cages and the worst part is, they believe they are the only ones depressed or that feel “this way”. If you’re one of those, don’t worry. Life plays its cards randomly and orders might be flipped when you least expect it.
Embrace it, that’s life. There’s always a choice, a “yes” and a “no”, a “cold” or “hot”, and that’s the variety of life. I learned to see the beauty of the poles that exist all around the earth. While someone may be mourning for her recent loss another person may be getting her engagement ring, full of adrenaline and excitement for a new beginning.
So, what do I mean by this? Not because you best friend got stuffed animals in the mail and flowers at school means the same is happening to you. There’s not a fairy tale ending for everyone, people die everyday without knowing God, which I personally believe is one of the biggest disgrace; they die without a penny in their pockets or any wife or children that would pray for their soul and if they do have children, they hated him/her so much they desired that to have happened long time ago.
Valentine’s Day is a day to celebrate anyhow, celebrate your with someone (even if you’re conscious its temporary), celebrate if you only have your family by your side and even celebrate if you’re alone because at least you are not wrongly accompanied.
domingo, 7 de febrero de 2010
Está incompleta. Aquí va una parte...
Quedó a la merced de las paredes que la rodeaban para que consolaran su dolor tanto físico como el que sufrió mentalmente la noche del 11 de Julio. Llegó a su casa en peor estado que en el cual había salido, un caso muy verosímil a otros que todo el mundo conoce o escucha a diario. Apareció en su dirección con dos demonios saltando de arriba abajo en su espalda, derrumbándola, no permitiéndole caminar. Su hermana tomaba de su mano en un intento de exorcizar esos intrusos en la vida de la persona que tanto amaba. Empujándola a seguir, Cassidy no logró combatir las fuerzas en sentido contrario de aquellos monstruos. Finalmente pudieron pasar la puerta de su hogar en busca de ayuda o de algún descanso.
A sorpresa de las dos la esperaba su madre, la señora Margarita Villa con cara de enojo y aprehensión, quien con un par de golpes en la cara de Lydia ahuyentó a los demonios que en el momento jugaban a los naipes en su columna vertebral. Los dos chillaban mientras corrían por la casa, bailando en forma de burla sobre los muebles (como aquellos que han logrado un gran éxito) y finalmente se decidieron a encontrar su próxima víctima en las peligrosas calles de Santo Domingo. Inmediatamente estuvo al tanto de la ebriedad de su hija mayor, se desató en la belicosa madre una oleada de ira con marea imperdonable capaz de llevarse a un país entero en uno de esos huracanes o tifones marinos. Cassidy se arrinconó detrás del mueble izquierdo de la sala de estar, llorando sin cesar y tapándose los oídos en un intento de ahogar las lascivas palabras de su progenitora; mientras que justo en el centro de lo que una vez fue una casa de convivencia tolerante y normal, se encontraba Lydia tirada en el suelo entre este mundo y el cual ahora habita Michael Jackson.
De la boca de Lydia salían trabalenguas, en un medio de comunicación parecido al código Morse, sólo inteligible para expertos y luego de profunda analización; salpicaba sangre sobre la alfombra recién comprada en Madrid. La señora Margarita haló su pelo del piso y lo devolvió al mismo lugar lo único que esta vez con mucha más fuerza. Estaba avergonzada del comportamiento público que pudo haber mostrado su hija fuera de su presencia, la consideraba una hipócrita, doble cara, quien supuestamente era la buena niña de mamá y quien le prometió numerosas veces cambiar y ser mejor, sólo para tomar su confianza y hacer algo mucho peor. En el momento, Lydia aparentaba ser una víctima de algún exorcismo, le ocurrían espasmos esporádicos y vomitaba cada cinco minutos. Cassidy, de sólo 14 años, se convencía de que esa noche entera era una terrible pesadilla, y quería despertarse inmediatamente. Su shock no le permitió siquiera tocar a Lydia, mas bien fue acostarse sobre su cama mirando al techo en busca de una respuesta para todo ese garabato.
Su soledad fue poco duradera debido a que su mamá entró y se sentó al pie de la cama.
-¿Qué fue lo que pasó Cassidy Lara?- le preguntó en tono elevado
- Nada, solo bebió un poco y porque no había comido se puso así. Nada más.- respondió temerosa
-No me mientas y trates de cubrir a tu hermana.
-De verdad, ella estará bien, no pasó nada.
-Que sea la última vez que tú no me llames cuando pasen cosas así, me da pena y vergüenza tener hijas como ustedes ¡Después de todo lo que hago, tengo que también soportar sus niñadas!
Esas fueron las duras palabras de aquella madre que velaba por el bienestar de sus dos hijas con un interés parcialmente maternal pero con más orgullo de lo normal. En vez de alentarlas a convertirse en personas ejemplares, líderes nacionales o mundiales que reemplacen a los corruptos que llevan el mando de nuestra nación, ella las reprendía, maldecía y las consideraba “buenas para nada”. Margarita Villa hacía su propia vida de madre soltera con sus amigos de la socialité dominicana, yendo para allí y para allá disfrutando de lo hermosa que es la vida y respirando aire fresco fuera de su casa. Sí, era joven, sí, era bonita, sí, estaba soltera, se aprovechaba de esos puntos a su favor para dejar a sus niñas en casa e ir rondando en su felicidad nuevamente adquirida luego de su divorcio. Sus hijas les importaban mucho, pero no eran un factor crucial y elemental en la ecuación de sus años. Pensaba que ya había hecho su trabajo, que el resto estaba en manos de ellas para formarse como señoritas dignas de aplausos y ovaciones de pie ante un teatro. Cuando estas dos se tropezaban, la culpa caía en sus propios hombros.
Lydia calló dormida en la sala de estar en posición fetal. La noche estaba muy fría y la lluvia caía sin cesar, ella sentía escalofríos y se abrazaba a un colchón del mueble para calentarse tan solo un poco. Su mente estaba en blanco, no pensaba en nada y no quería pensar en algo. Estaba consciente que en algún punto tendría que volver a la realidad a la cual había llegado 16 años atrás, pero se resistía, preferiría ser vegetal por el restos de sus días que enfrentar las penumbras de este mundo que tan duro es con aquellos que lo habitan. Las horas se hacían interminables, todo el mundo dormía en casa y ella allí tirada observaba los minutos pasar en el reloj digital de la televisión que era lo único visible en la plena oscuridad. El sonido de los carros pasar, que cada vez se hacían menos frecuentes, el sonido de los árboles tambalearse ante el viento eran para ella la melodía de esa noche que no llegó a ser trágica pero si memorable.
Por fin dieron las 7 de la mañana y los rayos del sol aproximaban su ventana. Ya no sentía como si veinte hombres habían pateado su barriga, solo le molestaba el dolor de cabeza que le aturdía. Se levantó lentamente del piso y caminó hacia el sofá, donde se sentó en dirección a los edificios y el mar de enfrente. Sabía que tenía que recordar todo lo que pasó la noche anterior porque muchas explicaciones tenían que ser dadas. Se forzó a ir hora por hora recapitulando donde había estado, con quien y que había hecho. Esas preguntas eran enigmas para su cabeza que no daba para mucho. Poco a poco fue recordando algunas cosas. Sabía que fue al concierto más importante en mucho tiempo para sus amigos más cercanos, ellos tocaban en una banda de rock pesado que tenía un público muy limitado y criticas no muy positivas. Se le llamaba “La escena” al grupo de excluidos de la sociedad normal que escuchaban gozosos como le gritaban en sus caras y veían emocionados personas golpeándose unas a las otras mientras la adrenalina que le proveía la música corría por sus cuerpos; y esa noche habían atendido por la bebida gratis que se ofrecía dentro. Recordó que lo primero que tomó fue un vaso de vino de parte de un hombre que conoció por otros amigos unos meses atrás. El fue lo suficientemente amable para darle un poco de vino y quedarse charlando con ella aunque no la conociera. Todo el mundo desconocía las intenciones de él, pero qué más da si allí se hacía amigos más rápido que lo que dura pestañear. Pequeñas escenas venían a su mente, una donde se le insinuaba sexualmente y bailaba muy vulgar junto a una de sus amigas del colegio que la acompañaba esa noche. Ella vio como pedía cervezas, ron con coca-cola, hasta que se lo empezaron a prohibir, pero ya era muy tarde para eso. Su estómago estaba demasiado débil porque no tenía ni una onza de comida dentro de él, las reacciones fueron inmediatas. Empezó a tambalearse y a ver borroso y en colores neón, se sentó fuera junto a Nicole y un amigo a quien llamaban “Ruedas”. Ahí lloró, y no solo un poco sino que gritaba como quería hacerse daño a sí misma, que no tenía amigos ni nadie quien la quisiera, se tiraba al piso y insultaba a todo el mundo a su alrededor , diciéndole “gordo” o “sucio” a algunos, a sus amigas las llamaba “prostitutas” o “perras”. Varias personas la tomaron del brazo y se encaminaron a una farmacia que estaba a una cuadra del lugar, le compraron un suero y una botella de agua. Cada vez se aglomeraban más personas alrededor de ella, que la buscaban por doquier y la encontraban en tal condición, decidieron que lo mejor sería llevarla a una clínica para que sea atendida por un médico que la pueda desintoxicar. Hubo algunas personas que prefirieron ni verla, que no querían escuchar lo que salía de su venenosa lengua, porque no era la primera vez que pasaba esto. Cassidy mantuvo toda la calma, meditaba dentro de ella, respiraba profundo, se le salían algunas lágrimas pero permaneció en control de lo que pasaba. <
Y allí estaba su mirada fija horizontalmente, observando las siluetas de la arquitectura de su ciudad y las altas palmas que limitaban el mar Caribe.
-No pudo ser tan mal- susurró
Abrió la puerta, corrió escaleras abajo, y mientras se dirigía al parquecito, tropezó con una ranura en el piso y calló en un charco, por suerte sus manos evitaron que se golpeara contra el cemento.
lunes, 25 de enero de 2010
"Dear Invisible Friend"
Skinny Kiddy! Hello!
I miss seeing you around. You haven't come back because of what I said the other day? I'm so sorry if I offended you when I told Mike I wasn't speaking to anyone, that I was just singing. I know it made you feel left out, out of place, but the truth is you must understand me. They don't think as I do. They don't see you the same way I do, let me take that back: they can't see you. I don't know why having a friend with no physical body makes me a freak, it is such a taboo in this place. People talk to God all the time and they can't see Him, but again, I don't have all the answers to this stupid world.
I'm leaving this letter on the kitchen counter hoping you get hungry soon. By the way, Mom asked me the other day who ate the cookies and I didn't call you out. She tells me that it's okay now if I have an invisible friend ;I think she can see you too and I didn't want to get you in any trouble.
I really L-O-V-E Y-O-U (I spelled that out because my sis says I shouldn't say it often and I already used it with Dad like five minutes ago) .Please return from wherever your hidding, maybe we can try to put paint on you or a blanket (wait, no, that'll be too scary) so everyone can know you are there and realize how much they're missing out on.
Love,
Your Best Friend.
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